29/05/2022
El calor y las lluvias incrementan enfermedades que se pueden prevenir fácilmente. Estos factores traen consigo una serie de riesgos que debemos prevenir, aunque dichas enfermedades se puedan presentar en cualquier época del año.
Entre las más comunes y peligrosas están las diarreicas, ocasionadas por virus que penetran al organismo por vía aérea ocasionando fuertes gastroenteritis o por bacterias y parásitos provenientes de alimentos que se descomponen fácilmente por el calor. En pocas horas, tanto la diarrea como el calor pueden ocasionar deshidratación severa en una persona, sobre todo en niños y personas muy adultas.
Dentro de las enfermedades respiratorias más frecuentes están la faringitis, la bronquitis y la otitis o inflamación de oídos.
La piel se ve afectada por hongos o dermatitis ocasionadas por alergias, calor, resequedad ambiental o la humedad.
Las lluvias frecuentes forman charcos y con ello proliferan los mosquitos, transmisores de enfermedades como el dengue clásico y el hemorrágico. También la humedad incrementa infecciones en las mucosas.
Dentro de las medidas preventivas se recomienda:
– Comer bien y cuidar mucho la higiene y frescura de los alimentos.
– Cambiar de inmediato la ropa húmeda en caso de haberse mojado y evitar los cambios bruscos de temperatura al utilizar aires acondicionados.
– Atender a tiempo bajo control médico adecuado, cualquier síntoma de enfermedad o infección, evitando la automedicación.