03/10/2022
Con el paso del tiempo, los envejecientes atesoran sus experiencias y guardan en lo más recóndito de su corazón las vivencias suscitadas durante otras épocas de su existencia. Pero, a pesar de las maravillas que representa haber vivido mucho, el envejecer trae consigo múltiples “achaques”, por lo que resulta, a veces, un poco difícil esta fascinante etapa del ser humano.
Alzheimer
Uno de los malestares que sufren nuestros abuelos es el Alzheimer, una enfermedad que inicia regularmente después de los 65 años, aunque en una minoría de casos se puede presentar en edades menores a 60 años.
Estadísticas
Vale destacar que entre un 25 y 50 por ciento de las personas con más de 65 años tienen problemas de pérdida de memoria, sin embargo, los expertos suelen considerar esta disminución de las capacidades algo normal que se asocia con la edad. Por esto consideramos pertinente que conozcas la sintomatología más común que se le asocia a este padecimiento.
Fases del Alzheimer
Según Eduardo Miño, autor del libro: “Biopsicología”, la enfermedad de Alzheimer es progresiva. Sus primeras fases se caracterizan por depresión y por un descenso general de la capacidad cognitiva; sus fases intermedias se caracterizan por irritabilidad, ansiedad y deterioro del habla: y en sus fases avanzadas, el paciente se deteriora hasta el punto de que le resultan difíciles respuestas simples como tragar y controlar la vejiga urinaria.
Cuidados Especiales
Para lograr una mejor convivencia con un paciente de Alzheimer, el neurólogo Núñez Gil sugiere que “a quienes padecen esta enfermedad se le debe proporcionar muchos cuidados especiales: llevarle a consulta general, controlar el consumo de los fármacos que necesita; mantenerlo en una habitación cerca de la persona que pueda encargarse de su cuidado y vigilancia para evitar accidentes.
Ambiente Seguro y Limpio
Los familiares deben, además, velar por la higiene y comodidad, pero sobre todo por su seguridad. De igual manera, se hace necesario proporcionarle un ambiente coherente y rutinario que le ayude a funcionar con sus limitadas capacidades”. El especialista también indicó que “la mejor ayuda que se le brinda a una persona que padece este mal es apoyarlo, entenderlo, pero sobre todo amarlo”.
Tratamientos Farmacológicos
En la actualidad existen tratamientos farmacológicos que reducen el grado de progresión de la enfermedad y sus síntomas. De acuerdo al libro de Miño, las medicinas anti inflamatorias, como aspirinas o Advil podrían resultar útiles para evitar la enfermedad.