21/08/2022
Investigadores de la Universidad de Nottingham han descubierto que saltarse el desayuno conduce a un mayor consumo de alimentos durante el día. El estudio también muestra cómo desayunar puede afectar las respuestas metabólicas y hormonales en las comidas posteriores.
En un entorno de aumento de la prevalencia de obesidad, desayunar ha sido recomendado como una estrategia para ayudar a lograr un peso saludable. Sin embargo, no está claro si el peso corporal está directamente influenciado por el consumo del desayuno o si este enlace es una consecuencia de otros factores. Para explorar más a fondo, el equipo de investigación de Nottingham, comparó los efectos de consumir el desayuno frente al saltarse el desayuno en el consumo de energía y el apetito en 12 hombres sanos.
En un diseño cruzado y aleatorizado, a los participantes se les sirvió un desayuno estandarizado de cereales y otro grupo sin desayuno. Todos los participantes reportaron que realizaban el desayuno regularmente en su rutina diaria. A todos los participantes se les proporcionó una cena la noche anterior, una precarga (‘snack’) a media mañana que consistía en una bebida con sabor a vainilla, y se sirvió una comida a base de pasta para el almuerzo. Las muestras de sangre fueron tomadas durante todo el experimento, y las calificaciones del apetito fueron evaluados con regularidad.
Los investigadores encontraron que los participantes que comieron el desayuno consumen energía en torno a un 17% menos en el almuerzo en comparación con aquellos que no comían desayuno, aunque no hubo diferencias en el consumo de energía combinada (desayuno + almuerzo + precarga). En la condición de no-desayuno, los participantes también reportaron sentirse más hambrientos y menos llenos durante el período de mediados de la mañana antes de comer el almuerzo.
Saltarse el desayuno tenía un efecto adicional sobre las respuestas metabólicas y hormonales. En particular, los participantes que no desayunaban tenían niveles más altos de glucosa e insulina después de consumir la precarga. También parecen mostrar un cierto grado de resistencia a la insulina. Los autores atribuyen este último efecto a altos niveles de ácidos grasos libres (FFA), o grasas, en la condición de ausencia de desayuno antes de consumir la precarga: los niveles elevados de ácidos grasos libres (FFA) pueden interferir con la absorción normal de la glucosa por la insulina.
Los autores reconocen que el desayuno relativamente pequeño previsto en el experimento no puede ser representante de un desayuno típico consumido por hombres sanos. Sin embargo, sus hallazgos sugieren que el consumo de desayuno tiene un efecto significativo en el apetito y la ingesta de energía, en el metabolismo y en las respuestas hormonales de alimentos que se consumen durante todo el día.
Fuente: GeoSalud (El Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación)