11/08/2022
Según investigaciones, el ejercicio físico es una forma de prevenir y reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Además, el ejercicio físico puede beneficiar a las personas que viven con demencia.
Reduce el riesgo de depresión en la demencia. La depresión puede aumentar el deterioro de la memoria. La actividad física y el ejercicio libera endorfinas que pueden elevar el estado de ánimo.
Preserva el funcionamiento físico. Mientras la demencia progresa, la capacidad física para caminar y realizar actividades diarias declina. El ejercicio físico y otras actividades que requieren movilidad pueden ayudar a mantener un mayor nivel de funcionamiento durante más tiempo.
Previene la deambulación. El ejercicio también puede ayudar a reducir los comportamientos desafiantes de la enfermedad de Alzheimer. El ejercicio adecuado puede proporcionar suficiente actividad física para que una persona es menos probable que se sienta la necesidad de ambular.
Mejora el estado de alerta mental y el funcionamiento cognitivo. Aunque el ejercicio físico no restaura la memoria por completo, las investigaciones han demostrado que el ejercicio físico ha mejorado realmente el pensamiento general y el funcionamiento cognitivo.